20 de enero de 2009

Penelope Fitzgerald (2): Offshore

Después de leer una novela de Penelope Fitzgerald, conviene dejarla reposar en la mente para gozar de su efecto expansivo.
Vale, perfecto: que lo haga quien pueda.
Yo me lanzo a devorar la siguiente.

Offshore ganó el Premio Booker en 1979. Es una novela breve sobre un grupo de personas que viven en barcos en Battersea Reach, Támesis abajo, cuando la zona era cutre. Sus barcos suben y bajan al ritmo de las mareas: media vida sobre el agua, media vida en el barro.
Ellos, por supuesto, hacen lo propio: flotar y hundirse, hundirse y flotar sin soltarse nunca del amarre.
La imagen no es original, pero Fitzgerald no busca la floritura sino la eficacia, y utiliza el referente (barcos) para tranmitir una ingente cantidad de información sobre los personajes a la que conviene estar atento. De igual manera, los nombres de los barcos (Lord Jim, Grace, Dreadnought, Rochester, Dunkirk, Maurice, etc) no son una llamada de atención sobre la habilidad de la autora para manejar las citas históricas y literarias sino el recurso a través del cual entendemos la relación exacta entre los personajes y sus sueños.
Atención a todo, lector, que Fitzgerald no repite.
Si te saltas una línea, vuelve al principio.

Esto es el punto de partida: un puñado de outsiders que nunca saldrán al mar. El resultado es una novela magnífica pero de lectura un poco desconcertante, menos grata que -por ejemplo- The beginning of Spring. Uno termina el libro con la sensación de haber caminado mucho tiempo por el barro, como la gata Stripey: Through years of attempting to lick herself clean, for she had never quite lost her self-respect, Stripey had become as thickly coated with mud inside as out.
Asco, asco, asco.

No voy a contar el final de la novela ni a revelar detalles cruciales del argumento, pero mencionaré en este párrafo algunos elementos sobresalientes de la trama en cuyo tratamiento sobresale el genio de Fitzgerald.
Offshore comienza con un recorrido de barco en barco para conocer a los personajes. Es una presentación lenta, estática, perfecta en tanto que adecuación fondo=forma: gracias a este larguísimo travelling entendemos que el día a día de los personajes consiste básicamente en nada, y participamos de su tedio. Conocemos a Laura y a Richard, a Willis, a Maurice y a la familia formada por Nenna y sus dos hijas Martha y Tilda, en quienes nos centraremos cuando empiece la acción, hacia la página cien.
Por distintas razones, Nenna y su hija Martha tienen que poner pie en tierra firme. Sus incursiones a Londres (en los capítulos ocho y nueve) completan el retrato familiar y desencadenan el final de la novela (capítulo diez) con indiscutible lógica artística.

A por la siguiente.
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-Página sobre Penelope Fitzgerald www.penelopefitzgerald.com
-Cotilleos sobre la historia del Premio Booker e información sobre cómo Offshore ganó sin ser el libro favorito de ningún juez en este artículo del Guardian.
* Fotografías de Santiago Mostyn

2 comentarios:

Cristina dijo...

Cuando leí el resumen en Amazon no me terminó de convencer (sabiendo, eso sí que lo importante de PF no es el argumento en sí, y que además ella puede hacer maravillas con cualquier cosa) pero lo que cuentas ahora sí que me ha gustado mucho.

¿El barco Rochester se llama así por el Rochester de Jane Eyre?

Pablo Chul dijo...

Yo creo que sí. El barco Lord Jim es por la novela de Conrad, Maurice por la de Forster, y Rochester por "Jane Eyre".

The beginning of spring es extraordinario (más que éste).

Muchas gracias por los comentarios!