21 de junio de 2008

The Little Girls, de Elizabeth Bowen


Al parangonar la radical inventiva de Bowen con la de otros autores del siglo XX, no está de más citar a su biógrafa Victoria Glendinning: "Bowen is to be spoken of in the same breath as Virginia Woolf, on whom much more breath has been expended", y perdón por el agravio comparativo.
"The Little Girls" (1963) está entre las obras más notables y difíciles de Bowen.
El argumento es aparentemente sencillo, pero está lleno de trampas.

Parte 1- Dinah, una viuda levemente excéntrica recuerda que, de niña, justo antes del comienzo de la I Guerra Mundial, enterró con dos amigas una "cápsula del tiempo" en la finca del colegio donde estudiaban. Ninguna de las tres niñas (las "little girls") reveló a las otras qué objeto había elegido para el futuro. De pronto, a Dinah le resulta imperioso que las tres vuelvan a reunirse, y se reúnen. Son personajes extremos, de farsa. Intuimos que en 1914 se forjaron dramas que cada una de las tres ha digerido (o no) de distinta manera.

Parte 2- Viajamos al pasado. Las niñas tienen once años y planean enterrar la caja. El carácter y las circunstancias de cada una de las little girls determinarán -intuímos- su destino. La presentación del momento vital es fragmentada y confusa, exactamente como la percepción de las niñas. La caja es enterrada. Atención a los secundarios.

Parte 3- Viajamos al futuro. Todo lo que ha sucedido entre 1914 y el presente ha estado enterrado, como la caja. Para Dinah, según descubrimos de manera inicialmente grotesca y después dramática, el tiempo se ha plegado. Ciertas alianzas entre las tres "little girls" (ahora "grown-ups") se establecen de manera irrevocable. El vínculo que unió dos veces en la vida a estos tres personajes es minúsculo y ridículo, como la esencia de muchas existencias -posiblemente de todas.

La lectura de esta novela es ardua por cuatro motivos:
-la presentación fragmentaria de la historia. Como es habitual en Bowen, las escenas que hacen avanzar la trama están omitidas.
-el lenguaje es característicamente difícil. Se decía de Bowen que, de repente, en medio de una frase, "she simply took off". Y es cierto: el gusto por la palabra menos habitual es aquí un rasgo de estilo que contribuye maravillosamente a la sensación general de extrañeza.
-la forma de la novela está ajustada estrictamente a la visión de los personajes principales, sin concesiones a las formas narrativas tradicionales.
-la novela se resuelve -artísticamente- sólo en su largo capítulo final, al que se llega después de 250 páginas de desorientación. Es una apuesta a doble o nada, pero ¿alguien duda de que Bowen gana siempre?


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Cápsulas del tiempo y una maravillosa historia del futurismo como género artístico en:
http://davidszondy.com/future/timecapsule/timecapsule1939.htm